Adoración nocturna

«La. adoración eucarística es el reconocimiento agradecido y explícito de la presencia de Dios entre los hombres y es necesaria esta explicitación para mantener viva la conciencia de la peculiaridad y del realismo de nuestra fe. La conciencia viva en la presencia de Cristo en la Eucaristía, prolongación sacramental de la Encarnación, ha permitido a la Iglesia seguir siendo fiel al misterio de la mediación salvífica del cuerpo de Cristo, por el que se asegura el realismo de nuestra participación sacramental en su sacrificio, se consuma la unidad de la Iglesia y se participa ya desde ahora en la gloria futura.»

Como Adoradores, ejercemos ante Dios lo que constituye un deber de toda creatura racional: reconocer que Dios es Dios, que es nuestro Creador, nuestro Señor y nuestro Padre; reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas y sobre nuestra vida, que dependemos de Él y suyos somos, que le pertenecemos total y exclusivamente; reconocer también que Dios es nuestro Salvador en Cristo y nuestro destino.

Como Adoradores Nocturnos, que adoramos velando, estamos cumpliendo la misión escatológica de la Iglesia, Esposa de Cristo, que debe estar amorosamente atenta a la venida del Señor:

«Dichosos los siervos que el Señor al venir encuentra despiertos; yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
Y si viene en la segunda vigilia o en la tercera, y los encuentra así, dichosos ellos.»

Os invitamos a participar en nuestras celebraciones todos los últimos viernes de mes, a las 21:00 h.