Campamento de Post Confirmación

La sierra de Cuenca, el pueblo de Cañete, ha sido el sitio que Dios nos ha regalado este año para irnos de campamento con los jóvenes de Post Confirmación. Un pueblo precioso, sus paisajes, su gente, el personal de la hostería, todo fue perfecto.

Como en todo campamento, hicimos juegos, gymkanas, veladas, excursiones por el campo y el pueblo. Pero también pudimos escrutar las escrituras y ver cómo ellas hablan de nosotros, de nuestros problemas, de nuestras dudas, de nuestros sufrimientos. Cristo, que es la Palabra de Dios, se acerca a nosotros a través de ellas y nos ayuda con su amor.

Lo más grande, cómo no, poder celebrar la Eucaristía, que es el regalo más grande que Cristo nos ha dejado para estar presente entre nosotros. Hicimos una marcha nocturna, rezando el rosario, hasta la cima de una montaña cercana, y allí, al amanecer, al ver surgir el sol, también la luz de Cristo entró en nosotros en la misa. Mereció la pena madrugar tanto.

Al final, nos llevamos regalo personal, un tesoro, pero eso no os lo podemos desvelar.