¡Treinta y dos! 😳

Hay muchos sitios en el mundo donde todavía no se conoce a Dios, ni a Iglesia, o donde la secularización es tan fuerte, que ya no quedan cristianos. Ciudades como Tokio, Pekín, o muchas ciudades de Europa y América incluso, con millones de habitantes, no tienen en ellas presencia cristiana.

Desde hace años, la Iglesia, a través del Camino Neocatecumenal, envía a muchos de estos sitios, previa petición de los obispos del lugar, comunidades llamadas missio ad gentes.

Las missio ad gentes están formadas por varias familias y un sacerdote, que dejan sus países, sus familias, sus casas, sus comunidades de origen, para ir a vivir en estos sitios. De a poco, Dios va creando alrededor de ellos, comunidades cristianas. Amigos, vecinos, compañeros de trabajo y del colegio, van conociendo a Dios y se unen a ellos.

Estas misiones necesitan ayuda. La tarea que realizan es dura, árida, pasan muchas dificultades. Muchas veces no se ven frutos.

Ayer nos reunimos más de quinientos jóvenes en la parroquia Santa Catalina Laboure, para ayudar a estas misiones. Se formaron varios grupos de chicos para rezar por ellas, TODOS LOS DÍAS, en una iglesia, delante del Santísimo, el rosario. Y así, nos unimos a ellos en el combate de la fe.

De nuestra parroquia, treinta y dos jóvenes se ofrecieron para esta misión. Sí, dije bien, treinta y dos (32), de casi cuarenta que fueron. Ni yo me lo podía creer. Familias enteras se levantaron cuando pidieron voluntarios. Y hasta dos chicos de 11 y 12 años. Entre todos los que asistieron de Madrid, fueron alrededor de cuatrocientos los que se ofrecieron. No alcanzaron los rosarios que habían comprado los catequistas, pero se comprometieron a enviarlos a los grupos en cuanto los tuvieran.

Noche loca la de ayer. De esa locura que solo Dios entiende. En los tiempos que corren, cuatrocientos jóvenes, en lugar de irse de botellón, de “fiesta”… irán TODOS LOS DÍAS (sí, con mayúsculas) a la iglesia a rezar el rosario delante del Santísimo, por las misiones. ¡Y treinta y dos son de nuestra parroquia!

Dios hace milagros, y esto es un milagro, y de los grandes.