La Inmaculada Concepción y la fiesta rociera

La Hermandad de la Virgen del Rocío, celebra su fiesta en la Parroquia todos los 8 de diciembre. En esta celebración se entregan las medallas a los nuevos hermanos, los que han cumplido 18 años hacen su profesión de fe y el juramento de fidelidad a Dios y a la Iglesia, y toman posesión las juntas de gobierno.

Es una gran fiesta, por eso, toda la semana pasada se dedicó a los preparativos. Mientras unos se encargaban de las compras, otros preparaban la comida, otros el comedor, el coro se reunía a ensayar…

Al sonido de las campanas de la iglesia, que llamaban a Misa, comenzó el rosario. El coro cantaba cada misterio, los demás rezaban el Padre Nuestro y los Ave Marías.

Con el toque del Ángelus comenzó la celebración, presidida por nuestro párroco y concelebrarla con el vicario parroquial.

El 8 de diciembre, toda la Iglesia celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Dios la preparó para que fuese templo de su Hijo desde el momento en que fue concebida en el seno de su madre, santa Ana, preservándola del pecado original. Así lo cree desde siempre la Iglesia, por eso, el papa Pio IX, lo declaró dogma de fe en el año 1854.

Esta fe fue profesada por la nueva junta de gobierno, los nuevos hermanos y los que han cumplido la mayoría de edad, todos ellos arropados por la Hermandad y los fieles de la parroquia.

La Hermandad de la Virgen del Rocío es una hermandad de hermandades. Todas están unidas a la Hermandad Matriz de Almonte. Por eso, en la celebración estaban presentes representantes de hermandades cercanas.

Como toda gran fiesta, no faltó el banquete, que ofrecieron los hermanos a los invitados en el comedor de la parroquia.