Un trocito de Rusia en Madrid

Cuando venimos en el 9 desde el centro a nuestro barrio, es imposible ver esas cinco cúpulas doradas tan grandes de la Gran Vía de Hortaleza y no preguntarse si uno está en Madrid o en Moscú.

Y es que, la catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa de España y Portugal está precisamente aquí, cerca de nuestras casas.

Cogimos el 9, como para ir al centro, y después de unas pocas paradas, nos bajamos para visitar esta joya de nuestro distrito y rezar allí por la unidad de los cristianos.

Antes de entrar al templo, reflexionamos sobre un fragmento de la carta a los corintios, donde san Pablo habla de la unidad de los cristianos cimentada en Jesucristo (1Co 3), y no en los hombres. Porque, independientemente de que seamos ortodoxos o católicos, somos cristianos, discípulos de Jesucristo, hijos de un mismo Padre, Dios, y de una misma madre, la virgen María.

El padre Andrei, ayudante del párroco, nos explicó muy detalladamente la historia del templo, su construcción, hemos aprendido lo que es un “iconostasio” (una ventana al cielo, un retablo de iconos), la cantidad de santos que tenemos en común, el amor común que sentimos por María…

Tenemos mil años de historia unidos, en el año 1054 se produjo el cisma, hasta entonces éramos una misma Iglesia.

Celebramos la misma Eucaristía, los mismos sacramentos, la misma fe. Es infinitamente más grande lo que nos une, que lo que nos separa.

Fue una gozada escuchar las explicaciones del padre Andrei. Es un hombre de fe, que ama muchísimo a Dios. Muchas gracias por tu acogida.

Al acabar, como siempre, y para celebrar que llega la pascua, fuimos a comer a un restaurante.

Señor Jesús, que oraste para que todos podamos ser uno, te pedimos por la unidad de los cristianos según tu voluntad, según tus medios. Que tu Espíritu nos haga capaces de sentir el sufrimiento causado por la división, de ver nuestros pecados y de esperar contra toda esperanza. Amén.