CampaPorres 2018
Es martes 31 de julio de 2018. Todavía estamos en Miraflores, ya listos para regresar a casa. No podemos expresar las emociones que sentimos en el momento de la despedida. Hemos pasado unos días increíbles y nos cuesta irnos.
Parece que fue ayer cuando estábamos todos nerviosos en el parking del mercadillo de Hortaleza, esperando los autobuses. Éramos 172!!!
Gracias a Dios, el viaje no fue largo, aunque al final había muchas curvas y algunos se mareaban.
Al llegar, como siempre, nos presentamos, hacemos los grupos, repartimos habitaciones y nos ubicamos en nuestros sitios.
Las primeras actividades siempre son de presentación, aprendizaje de normas y rutinas.
Hicimos el sketch de presentación.
Después de la primera noche, comenzamos ya el horario habitual.
Nos levantamos a las 9:00 h, hacemos las camas y vamos a la sala. Mientras esperamos que los premonitores azules preparen el comedor, nosotros bailamos y jugamos un rato.
Luego tenemos el primer sketch del día. Este año los hemos dedicado al Principe de Egipto, una película preciosa que cuenta la vida de Moisés y la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud.
Al acabar el sketch, el desayuno.
Y, por supuesto, laudes
Por la mañana teníamos tres horas de actividades. Algunos hacíamos gymkanas, otros piscina, otros juegos.
Al mediodía, el segundo sketch. Luego la comida. Y hasta las 16:00 h, tiempo libre. Podíamos elegir varias actividades, fútbol, baloncesto, balón prisionero, juegos de mesa, músico terapia…
Mientras los coordinadores preparaban las actividades del día y se tomaban un café.
Por la tarde, más actividades, juegos, gymkanas, piscina… pero todo en torno al tema del campamento.
Nos reuníamos algunas tardes en la capilla para rezar, y también para profundizar en el tema del campamento, reflexionar sobre nuestros faraones, nuestras esclavitudes, y ver el amor de Dios, que nos saca de ellas para hacernos libres.
Todos los días celebramos la eucaristía, es el centro del campamento, cuando nos encontramos con Dios, que es quien nos da la vida, la alegría y la fuerza para poder disfrutar, estar en comunión y perdonarnos unos a otros cuando nos hacemos daño o discutimos.
Este año tuvimos una sorpresa. Vino a celebrar la fiesta del apóstol Santiago, el Cardenal D. Antonio María Rouco. Estaba muy emocionado, nos dijo que ha celebrado muchas fiestas de Santiago, fue arzobispo de Santiago de Compostela 18 años, pero nunca así, en una eucaristía tan bonita, en un campamento. Nos contó la vida del apóstol y también su experiencia como obispo. Se quedó a cenar y lo hizo en la mesa con todos nosotros, como uno más del campamento. Algunos nos confesamos con él… fue un regalazo que Dios tenía pensado para nosotros.
Antes de la cena, el tercer sketch.
Por las noches, los monitores nos preparaban veladas muy divertidas y a las 23:00 h nos íbamos a dormir.
Tuvimos más regalos en el campamento. El 25 de julio fuimos todos a Buitrago de Lozoya. Era el quinto día de campamento y ese día lo dedicamos a las 10 plagas. Hicimos una gymkana por el pueblo y por la tarde rezamos vísperas en la parroquia, que es preciosa.
El viernes 27, que era el día de la llegada al desierto, hicimos una marcha hacia la ermita de la Virgen de Begoña. Celebramos la eucaristía y comimos cerca de ahí.
El sábado y domingo pasados hicimos multiaventura, una pasada.
Ayer, los premonitores mayores recibieron un premio, trabajaron muchísimo todo el campamento, por eso fueron a jugar al paintball.
Anoche tuvimos la fiesta de despedida.
Despedimos también a Benjamin, que vuelve a Chile, después de estar todo este año con nosotros. Gracias Benja!!!
Hoy ya regresamos, como decía al principio, con un poco de nostalgia por los días pasados, por despedirnos de nuestros amigos. Pero muy contentos, con ganas de transmitir a todos el regalo que nos ha dado Dios en este campamento.
Como decía la palabra que escuchamos esta mañana en laudes, cuando hayas llegado a la tierra prometida “no te olvides de Yahvé que te sacó de Egipto, donde eras esclavo”.