34. DESDE LO HONDO
Desde lo hondo a Ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
MI ALMA ESPERA EN EL SEÑOR,
MI ALMA ESPERA EN SU PALABRA,
MI ALMA AGUARDA AL SEÑOR,
PORQUE EN ÉL ESTÁ LA SALVACIÓN.
Si llevas cuenta de los delitos Señor
¿quién podrá resistir?
Pero de Ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela a la aurora.
Porque del Señor viene la misericordia,
y la redención copiosa;
y El redimirá a Israel
de todos sus delitos.