20. A TI LEVANTO MIS OJOS

A TI LEVANTO MIS OJOS,
A TI, QUE HABITAS EN EL CIELO,
A TI LEVANTO MIS OJOS,
PORQUE ESPERO TU MISERICORDIA.

Como están los ojos de los esclavos,
fijos en las manos de sus señores,
así están nuestros ojos en el Señor,
esperando su misericordia.

Como están los ojos de la esclava,
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor,
esperando su misericordia.

Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de burlas,
misericordia, Señor, misericordia.
que estamos saciados de desprecios.

Nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
nuestra alma está saciada
del desprecio de los orgullosos.