Iniciación a la oración
«Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: “¡Hazme justicia contra mi adversario!” Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme.”» Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. ( Lucas 18, 1-8 )
Después de varios años de precatecumenado y de haber entrado ya en el catecumenado; después de muchas pruebas de fe, de descubrir la propia debilidad, como Jacob, que habiendo sido derrotado en su lucha con Dios, se agarra fuertemente a él diciéndole: «no te soltaré si no me bendices»; la cuarta comunidad de nuestra Parroquia se va de convivencia este fin de semana para hacer la Iniciación a la Oración.
«La oración es un diálogo y conversación del alma con Dios». Así define la oración san Francisco de Sales. Es una necesidad vital para el cristiano, como el comer o el beber, es la respiración del alma.
Desde la Parroquia, os acompañamos en este paso del Señor.